Soy fonoaudióloga, y desde hace más de 23 años me dedico a transformar una de las experiencias más frustrantes para muchas familias: la hora de comer.
Mi primer contacto con los desafíos de alimentación fue personal. Fui una niña “picky eater” en toda regla. Las comidas eran campos de batalla y, aunque mi cuerpo sobrevivía con suplementos, mi relación con la comida estaba completamente rota.

Años después, sin buscarlo, el destino me llevó a especializarme en deglución infantil y, desde entonces, no solo sané mi propia historia, sino que encontré mi propósito: ayudar a que cada vez más niños coman felices, por sí mismos, conectando de forma amorosa con los alimentos.

Durante más de una década trabajé en UCI pediátrica y neonatal, acompañando a niños con parálisis cerebral y condiciones neurológicas complejas. Ahí descubrí que detrás de cada rechazo hay una raíz sensorial, emocional o neurofuncional que puede abordarse si se tiene el mapa correcto.

Me especialicé en neurodesarrollo sensoriomotor oral de la alimentación e inteligencia emocional, para poder ofrecer un enfoque integral que no solo busca que los niños coman… sino que disfruten hacerlo.